Economía circular y el potencial de la inteligencia artificial

La sociedad está extrayendo recursos naturales y creando un exceso de residuos a un ritmo nunca visto en la historia. Tan solo en el segmento de bienes de consumo, se tiran a la basura (y nunca se recuperan) 2,6 billones de dólares de valor material.¹ Y eso son solo residuos de posproducción. Hay una gran cantidad de residuos que podrían evitarse por completo si las empresas aplicaran los principios de circularidad desde el principio.²

Falkman afirma que el uso de recursos y residuos a esta escala solo puede abordarse mediante un cambio completo de paradigma en el pensamiento económico. «La economía circular es una necesidad, no un capricho. Su potencial de ahorro de recursos y costes es el motivo por el que se espera que crezca entre dos y cuatro veces más que el PIB mundial en 2050». Pero a pesar del atractivo económico y medioambiental que conlleva, su aceptación ha sido lenta. En vista de que ya están surgiendo los primeros casos de éxito, Falkman cree que la IA podría ser la herramienta que las industrias necesitan para impulsar su implantación.

La IA y la circularidad pueden parecer no tener mucho en común, pero Falkman explica que las empresas con visión de futuro llevan décadas utilizando la innovación tecnológica para construir soluciones circulares. «Los rápidos avances en chips y conectividad fueron los facilitadores de primera generación de la implantación de la circularidad. La conectividad IoT y las herramientas digitales «inteligentes» hicieron posible que las cosas físicas percibieran, interactuaran y se comunicaran con su entorno. Esto ha creado enormes oportunidades para recopilar datos de productos y procesos para el mantenimiento predictivo, así como para rastrear y mover eficazmente piezas y productos por las cadenas de suministro. También se está utilizando para mejorar las capacidades en materia de diseño de productos».

Añade que, además de los productos físicos, el IoT también se está utilizando con éxito para modelos de producto como servicio (PaaS). Los negocios orientados hacia el PaaS ofrecen flujos de ingresos constantes mediante servicios mejorados y actualizaciones de productos suministrados como software digital en lugar de hardware físico.

Aun así, señala que el coste de introducir nuevas soluciones circulares puede ser elevado inicialmente y que muchas empresas se resisten a la necesidad de replantearse los modelos de negocio que han heredado. «Algunas empresas necesitan ver que la circularidad aporta más valor y eso implica escalarla lo suficiente como para empezar a tener impacto en sus márgenes y beneficios. Aunque aún es pronto, ya van apareciendo ejemplos de éxito del poder de la IA generativa y del machine learning para acelerar y ampliar la innovación circular."

La escasez de agua es una preocupación crítica, ya que el clima extremo y el aumento del consumo industrial están poniendo a prueba la disponibilidad de suministros. Para reducir las elevadas pérdidas de agua, Falkman invierte en empresas de servicios de agua que combinan algoritmos de IA con sensores en tuberías y válvulas. Como resultado, los servicios públicos municipales y los usuarios comerciales pueden detectar rápidamente las fugas basándose en los datos de caudal y presión del agua, así como sustancias peligrosas como los PFAS.³

En su opinión, los edificios son otro ámbito en el que la IA se utiliza de forma constructiva para reducir la pérdida de recursos. En este ámbito, está invirtiendo en empresas que crean modelos de diseño generativo que pueden utilizarse para evitar cuellos de botella, minimizar el uso de materiales y los residuos, y optimizar la ejecución de los edificios por parte de los promotores de proyectos y los contratistas in situ.

Falkman también se muestra entusiasmada con las posibilidades de la IA para reducir los residuos haciendo que los productos se mantengan en uso durante más tiempo. Explica que los proveedores de piezas y maquinaria industrial están vendiendo servicios de mantenimiento y modernización potenciados por la IA que recopilan continuamente datos operativos para anticiparse a las reparaciones y actualizaciones. Como resultado de ello pueden evitarse costosas averías y daños en los equipos y, además, se puede prolongar la vida útil de los productos. Sus posiciones incluyen diversos proveedores de equipos y servicios con bases de clientes que se extienden por centros de datos, operadores de redes y fabricantes industriales, así como instalaciones educativas y de asistencia sanitaria.

Las cadenas de suministro fragmentadas y poco coordinadas también están preparadas para intervenciones de IA encaminadas a reducir los recursos. Sus inversiones en este ámbito incluyen empresas que están alimentando modelos de IA con datos sobre proveedores, inventarios, logística de distribución e incluso patrones meteorológicos estacionales. A cambio, las empresas pueden predecir mejor la demanda, ajustar los inventarios y acelerar el aprovisionamiento de materiales, reduciendo al mismo tiempo los cuellos de botella, los residuos de productos y las emisiones derivadas del transporte.

Las energías renovables son limpias, regenerativas y forman parte de una serie de soluciones sostenibles que fomentan la circularidad. Aunque Falkman no invierte directamente en los mercados energéticos, tiene exposición a través de empresas que suministran a las compañías de servicios públicos de electricidad y a los operadores de redes las soluciones necesarias para modernizar las infraestructuras y gestionar mejor la energía en unas redes cada vez más complejas.

La contribución de las energías renovables a la combinación energética va aumentando a medida que los gobiernos, los municipios y las empresas tratan de descarbonizarse. Pero la incorporación de parques solares y eólicos con una producción energética que fluctúa está provocando quebraderos de cabeza (y en algunos casos apagones) en las redes tradicionales, que fueron diseñadas para soportar flujos estables de energía fósil y nuclear. «Las redes inteligentes equipadas con IA ayudan a los operadores a cambiar dinámicamente entre diferentes tipos de energía y ubicaciones de las fuentes, incluyendo el almacenamiento en baterías cuando sea necesario. Esto no sólo mejora la eficiencia energética, sino que también reduce el riesgo de subidas de tensión desestabilizadoras que interrumpan el suministro eléctrico y dañen los equipos más críticos.»

Según Falkman, estamos solo en el inicio del potencial de la IA para acelerar las soluciones circulares en toda la economía. «Hay muchas empresas que intentan aprovechar unas oportunidades que algunos estiman en más de un billón de dólares para 2050 tan solo en Europa. La capacidad de la IA para acelerar las simulaciones podría ser especialmente útiles para una gran variedad de aplicaciones, desde la fabricación inteligente que minimiza el uso de recursos hasta la combinación de las propiedades moleculares de los compuestos para generar materiales más sostenibles.» También prevé que la IA y el machine learning aceleraren las oportunidades de identificar, clasificar y desmontar productos y componentes para su reciclaje y reutilización.

«La economía circular ofrece innumerables posibilidades de uso para que la IA aproveche su capacidad de procesamiento y lograr una innovación a gran escala. Las empresas que sepan aprovechar este potencial obtendrán fuertes ventajas competitivas, no solo derivadas de la reducción de los costes internos, sino también de su capacidad para adelantarse a unas normativas cada vez más estrictas y para atraer a nuevos clientes.»

Notas al pie

¹ «¿Qué es la circularidad?» McKinsey Explainers. Junio de 2024.
² Si se implantara una economía circular en todas las industrias clave (bienes manufacturados y consumibles, movilidad y transporte, sistemas alimentarios y entorno de construcción), la extracción de materias primas vírgenes podría reducirse en alrededor de un tercio (34%): de 92.700 millones de toneladas a 61.200 millones. Informe sobre la Brecha de Circularidad. La economía circular 2023.
³ Las normas sobre PFAS son cada vez más estrictas y de mayor alcance y afectan a empresas de servicios públicos y usuarios industriales. Véase «PFAS 2.0: las nuevas oleadas de normativa no solo afectarán a los productores de productos químicos». Robeco. Marzo de 2024.