El encarecimiento de los combustibles fósiles es uno de los principales motivos de este incremento, ya que las intervenciones políticas pretenden proteger a los consumidores frente a la escalada de precios. En 2021, Rusia fue el principal contribuyente a las subvenciones de combustibles fósiles, seguido de Irán y China. En cambio, Europa y Estados Unidos gastaron en conjunto 79.000 millones de USD en subvenciones a las energías renovables en 2021.
Los incentivos van a aumentar gracias al incremento de los presupuestos de programas como la Ley de Reducción de la Inflación en Estados Unidos y la Ley sobre la Industria de Cero Emisiones Netas en Europa. Si bien las subvenciones a los combustibles fósiles suelen consistir en ayudas directas a los precios o reducciones de los tipos impositivos (es decir, gastos operativos que incentivan el consumo de combustibles fósiles), las subvenciones a las energías renovables suelen ser inversiones en bienes de capital, destinadas a incentivar la creación de capacidades. Adoptan la forma de incentivos a la inversión y la producción, incentivos y desgravaciones fiscales, garantías, préstamos ventajosos y acuerdos de compra.