¿Qué estrategias se usan para gestionar el riesgo?

9 preguntas sobre la inversión en crédito | Pregunta 5

¿Qué estrategias se usan para gestionar el riesgo?

A los inversores les gusta verse recompensados por asumir riesgos. Aunque los bonos corporativos pueden tener valoraciones atractivas, el crédito value suele tener valoraciones más bajas debido al miedo en el mercado o a sesgos de comportamiento. Los bonos que presentan características value en el ámbito corporativo tienden a tener una volatilidad ligeramente mayor, pero también una rentabilidad más alta. Esto plantea la siguiente pregunta: ¿cómo gestionar eficazmente el riesgo para mejorar los resultados de las inversiones?

Equilibrio entre valor y riesgo mediante una gestión activa

Nuestro objetivo es construir una cartera lo suficientemente diversificada como para minimizar el impacto de cualquier evento de crédito negativo, y lo suficientemente concentrada como para que se beneficie de una gestión activa. Para ello, analizamos diversas clases de crédito de los mercados globales en busca de valor que se haya ignorado debido a sesgos y segmentaciones. A menudo, se pueden encontrar oportunidades de valor en bonos de duración más corta con valoraciones atractivas en relación con otros bonos corporativos, y la historia nos recuerda que estas primas de valoración tienden a revertir a la media.

Aplicamos tres principios fundamentales para gestionar y controlar eficazmente los riesgos:

  1. Diversificación: Al repartir las inversiones entre distintos emisores, reducimos el riesgo de concentración. Por ejemplo, si la empresa emisora atraviesa dificultades financieras, es posible que los accionistas no reciban un reembolso íntegro. Al crear carteras diversificadas, los inversores pueden limitar el impacto del riesgo en la rentabilidad. En consecuencia, nuestras carteras suelen diversificarse en más de 100 emisores diferentes.

  2. Límites de emisor: Imponer límites estrictos, como límites de concentración absolutos o relativos basados en calificaciones, protege a los inversores cuando aumenta la cantidad de estrategias o mandatos. Vender una gran cantidad de deuda con calificación AA es más fácil que vender la misma cantidad de deuda en crédito con una calificación inferior. La liquidez adquiere especial relevancia cuando se invierte en crédito de menor calidad, ya que la probabilidad de impago aumenta desproporcionadamente.

  3. Duración por diferencial (DTS)1: El análisis de crédito bottom-up por fundamentales es importante para identificar los riesgos relevantes y evitar la trampa de valor, que consiste en comprar crédito que es barato debido a un mayor riesgo de impago. Los inversores deben conocer cómo influye la volatilidad de los diferenciales de crédito en la rentabilidad, y de qué forma puede construirse una cartera de crédito para reducir la volatilidad.

Riesgo recompensado

Es importante que los inversores distingan entre factores de riesgo recompensados y no recompensados. Consideramos riesgos recompensados los que dan frutos adoptando un enfoque contrarian basado en un riguroso análisis. Si creemos que la puntuación F2 de un emisor indica una mejora fundamental ignorada por el mercado debido al temor a una recesión, malos ciclos de beneficios o una agencia de calificación lenta, lo percibimos como riesgo recompensado.

Además, el riesgo de subordinación también puede verse recompensado. Las empresas sólidas con fundamentales robustos pueden emitir distintos tipos de instrumentos de deuda, como deuda preferente, subordinada, de primer o segundo grado de prelación, o pagarés de pago en especie. La deuda preferente y subordinada tienen la misma probabilidad de impago, y si la probabilidad de impago de un emisor es extremadamente baja, puede ser beneficioso invertir en su deuda subordinada. Esto es especialmente cierto cuando los diferenciales se amplían y ofrecen a los inversores puntos de entrada atractivos.

Riesgo no recompensado

Hay una serie de riesgos no recompensados, como los idiosincrásicos, que son más frecuentes en determinados segmentos del mercado, como el inmobiliario, el minorista y el de ocio. Históricamente, los impagos se han concentrado en estos sectores; pero se puede invertir en ellos con la debida cautela.

Moverse en un rango demasiado bajo de la estructura de capital también puede ser poco fructífero. Las empresas muy endeudadas podrían tener dificultades para pagar los cupones y responder a sus obligaciones de deuda. Además, la gobernanza débil resulta desfavorable, ya que puede exponer a los inversores en crédito a un riesgo de bajada importante. El riesgo de sostenibilidad también puede ser perjudicial. Por ejemplo, las empresas contaminantes se enfrentarán a presiones normativas a medida que se acelere la transición a una economía de bajas emisiones de carbono.

Para gestionar el riesgo, nos centramos principalmente en el riesgo de mercado y de crédito, por el que creemos que los inversores se ven compensados. Para medir y supervisar el riesgo de crédito inherente a nuestras carteras, usamos un sistema propio de gestión de riesgos. Esto permite a nuestros gestores de cartera y al departamento de gestión de riesgos vigilar el riesgo de mercado, el sectorial y el específico de cada empresa. En cada uno de estos factores, la exposición al riesgo depende de la ponderación, el diferencial y la duración de las inversiones individuales, cuyo resultado se traduce en una serie de puntos de riesgo. Cada vez que el gestor de cartera asigna un riesgo a una posición de cartera, el nivel de convicción se expresa mediante el número de puntos de riesgo.

Notas al pie

1Más información sobre cómo usamos la DTS para medir la volatilidad de crédito.
2La puntuación F de Piotroski es una herramienta financiera desarrollada por Joseph Piotroski que evalúa la solidez financiera de una empresa basándose en nueve criterios que abarcan la rentabilidad, el apalancamiento, la liquidez y la eficiencia operativa. Las puntuaciones van de 0 a 9, y las más altas indican mejor salud financiera.