Este año, se ha hecho mucho hincapié en las oportunidades que ofrece la deuda (subordinada) financiera. Aunque las perspectivas respecto a este segmento del mercado crediticio mundial siguen siendo buenas, existe otra área que ofrece oportunidades atractivas de obtención de TIR de alta calidad: el mercado de híbridos corporativos.
Dicho esto, ¿qué son los híbridos y cómo funcionan? ¿Son la respuesta para quienes buscan el equilibrio entre TIR y riesgo para maximizar la rentabilidad?
Los híbridos corporativos son bonos subordinados principalmente emitidos por empresas con calificación investment grade. Ofrecen una TIR y diferenciales de crédito mayores en relación con los bonos corporativos senior. Además, suelen tener una duración más corta y, con frecuencia, se rescatan al cabo de cinco años.
Descripción de los bonos híbridos corporativos
Un híbrido corporativo es una forma de deuda subordinada que se sitúa por debajo de los bonos senior en la estructura de capital. Esto significa que, en caso de que se produzcan dificultades financieras, se paga primero a los titulares de los bonos senior, después a los titulares de los bonos híbridos y, por último, a los accionistas. Para compensar el riesgo añadido, los bonos híbridos suelen ofrecer TIRes más elevadas. Sin embargo, en la práctica, las empresas que emiten deuda híbrida rara vez corren riesgos financieros, ya que suele tratarse de grandes empresas de alta calidad, principalmente de los sectores de los servicios públicos y las telecomunicaciones. Estas empresas están menos expuestas a los ciclos crediticios o macroeconómicos que las empresas high yield, que suelen operar en sectores más cíclicos. Los emisores de híbridos se ven menos afectados por las fluctuaciones del mercado, tienen un bajo riesgo de impago y gozan de una demanda constante por parte de los consumidores.
Se denominan bonos «híbridos» porque combinan características tanto de la deuda como de la renta variable. Algunas de las características son la posibilidad de aplazar los pagos de cupones y la ausencia de una fecha de vencimiento fija o de vencimientos finales a más largo plazo. Sin embargo, a diferencia de los bonos convertibles contingentes (CoCo) que emiten los bancos, los cupones diferidos de los híbridos devengan intereses y deben pagarse en algún momento. Con los híbridos corporativos, ningún regulador puede bloquear el pago de los cupones, impedir que el emisor rescate los bonos, convertirlos en capital ni rebajar su valor.
Carácter rescatable
Los bonos híbridos parecen inversiones a largo plazo porque, en teoría, pueden tener vencimientos a 30 o 60 años, o incluso ser perpetuos y carecer de fecha de finalización fija. Sin embargo, en la práctica no duran tanto. La mayoría de los bonos híbridos se reintegran al emisor, o este los «rescata», a la primera oportunidad; normalmente al cabo de un periodo de entre cinco y diez años. Las relativamente predecibles fechas de rescate permiten a los inversores formarse una idea más clara de cuándo pueden abandonarlos. Si los bonos no se rescatan, los inversores siguen recibiendo intereses más altos, aunque el riesgo de prórroga haya sido bajo a lo largo del ciclo.
¿Por qué habría que plantearse invertir en híbridos?
En el incierto entorno macroeconómico actual, tiene lógica centrarse en una mayor calidad y dejar atrás el high yield invirtiendo en híbridos corporativos, especialmente dadas sus elevadas valoraciones y el mínimo sacrificio de TIR que conllevan. Dado que, según el consenso del mercado, se prevé un soft landing, que se refleja en el estrechamiento de los diferenciales de crédito high yield, los híbridos corporativos ofrecen la oportunidad de obtener TIRes atractivas y evitar los segmentos de mercado de menor calidad y más expuestos a los riesgos de cola. En un mercado con poco margen de error, los híbridos ofrecen una alternativa de mayor calidad.
Equilibrio entre la TIR y el riesgo
En lo que respecta a los ingresos, la TIR del crédito investment grade supera el 4%, mientras que las TIRes de los híbridos corporativos oscilan entre el 4% y el 8%, dependiendo de factores como la divisa, la fecha de rescate y otras consideraciones estructurales o fundamentales. En el incierto panorama macroeconómico actual, marcado por la fluctuación de los tipos de interés, los híbridos corporativos presentan una atractiva oportunidad de inversión en relación con otros tipos de deuda, como los bonos high yield. La prima de la TIR actual de los bonos high yield respecto a los híbridos corporativos está cerca de sus mínimos históricos, lo que aumenta el atractivo de los híbridos en términos de rentabilidad ajustada al riesgo.
Conclusión: ¿Qué aportan los híbridos a una cartera?
En pocas palabras: ingresos, exposición a una duración reducida y diversificación. Los híbridos corporativos ofrecen una TIR atractiva en relación con los bonos corporativos tradicionales y, además, una duración relativamente reducida (la duración del Bloomberg Global Corporate Hybrids Index es inferior a cuatro años). Ofrecen spreads y TIRes similares a la deuda high yield, pero menor volatilidad. Como los cambios de sus precios no siempre concuerdan con una de las clases de activos, pueden reducir el riesgo general de la cartera porque reaccionan de forma diferente a las fluctuaciones del mercado.
Aunque los híbridos corporativos conllevan ciertos riesgos, como el posible aplazamiento de los cupones y la prórroga de su rescate, estos son mínimos. Su gran potencial de rentabilidad, especialmente en mercados volátiles, los convierte en una valiosa incorporación para cualquier cartera que busque una mayor rentabilidad. (Para obtener más información sobre los híbridos corporativos, escuche nuestro podcast reciente.)
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