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24-03-2022 · SI Dilemmas

Los dilema de la IS: La colaboración es clave para avanzar, pero no siempre es fácil

Para resolver los grandes retos de sostenibilidad del mundo, desde detener el cambio climático o la pérdida de biodiversidad, hasta promover el bienestar y la inclusión, es necesaria la colaboración. Estos problemas son tan complejos que nadie, ya sea gobiernos, ONG o grandes empresas, pueden resolverlos por sí solos. Ese es el motivo por el que no actuamos de forma aislada. Por tanto, ¿por qué consideramos que la colaboración es tan importante, con quién colaboramos y en qué trabajamos?

    Autores/Autoras

  • Carola van Lamoen - Head of Sustainable Investing

    Carola van Lamoen

    Head of Sustainable Investing

Hay dos razones por las que para nosotros es importante la colaboración. En primer lugar, si aunamos esfuerzos podemos mandar un mensaje más potente a las empresas. Si dialogas como un único inversor puedes tener impacto, pero si hablas en nombre de 10, 20 o más inversores con activos relacionados, tienes mucha más fuerza.

Además de esto, son muchos los ámbitos de la sostenibilidad que merecen atención. Invertimos en miles de empresas y no podemos comprometernos con todas ellas, incluso con nuestro equipo de 17 especialistas de titularidad activa. En consecuencia, tenemos que fijar prioridades. Colaborando con terceros podemos abarcar más asuntos. Además, desde una perspectiva global, tiene mucho sentido la cooperación: las asociaciones sirven para cubrir más ámbitos. Por tanto, en general, la colaboración nos permite tener más influencia.

¿Con quién colaboramos? Consideramos que una actuación eficaz en cuestiones de sostenibilidad exige trabajar conjuntamente con un grupo diverso de interlocutores. Ese es el motivo por el que tenemos diferentes tipos de colaboraciones con otros inversores profesionales, al tiempo que cooperar con ONGs y académicos es cada vez más importante para nosotros.

Colaborar sobre el clima

Nuestra colaboración con la iniciativa Climate Action 100+ es un buen ejemplo de cómo funciona esto en la práctica. Con esta cooperación, nos comprometemos con los mayores emisores de carbono del mundo para reducir sus impactos adversos sobre el cambio climático. Un solo inversor puede no marcar la diferencia, pero no se puede ignorar a un grupo de 617 inversores con un total de 65 billones de USD en activos.

Son muchas las asociaciones como esta que están marcando la diferencia. Por ejemplo, colaboramos sobre salarios dignos por medio de la plataforma Platform Living Wage Financials, y en materia de gobernanza con la Asian Corporate Governance Association, además de mediante iniciativas de gobernanza locales como la AMEC en Brasil o Eumedion. Algunas de nuestras colaboraciones han demostrado ser muy eficaces: ser más numerosos puede acelerar la transición hacia un futuro más sostenible.

Trabajamos cuidadosamente para maximizar la eficacia de las colaboraciones en las que participamos, aunque también hay inconvenientes. Aunar esfuerzos puede a veces convertirse en una carga. No todos los inversores se implican tanto como nos gustaría. A veces aparece el típico problema de las personas “aprovechadas”, cuando no todos están contribuyendo con su parte de una manera justa. Otra cuestión clave para colaborar con éxito consiste en tener claro a dónde se quiere llegar. Si los inversores no se ponen de acuerdo sobre cómo proceder con una empresa, dicha colaboración probablemente se atascará con una postura indefinida que no conduzca a nada.

Adoptar un papel activo

Por tanto, cada vez que realizamos una colaboración, evaluamos la posible contribución que podemos hacer y lo que queremos lograr. En los 15 años que he estado involucrado en la titularidad activa, he visto diferentes matices de colaboración. Algunas fueron un éxito indiscutible, pero también hubo fracasos.

En general, el sector de gestión de activos se está profesionalizando con rapidez, incluida la adopción de procesos que potencian el desarrollo de iniciativas de colaboración. Esto es algo positivo. Al mismo tiempo, el número de inversores que han entrado en el ámbito del engagement (diálogo activo con las empresas) ha crecido exponencialmente, aunque no todos han desarrollado una buena capacidad de colaboración de la noche a la mañana. Esto en sí mismo puede ser un desafío.

Además, no solo trabajamos con nuestros homólogos; también colaboramos con ONGs para aprovechar sus profundos conocimientos y experiencia a la hora de abordar problemas de sostenibilidad. Por ejemplo, recientemente anunciamos el lanzamiento de una nueva colaboración con el Fondo Mundial para la Naturaleza de los Países Bajos (WWF-NL). Sus amplios conocimientos y su enfoque basado en la investigación son extraordinarios, por lo que esto nos está ayudando a desarrollar un marco de inversión en biodiversidad. Esta colaboración nos ayudará, entre otras cosas, a evaluar el impacto que tienen las empresas en las que invertimos sobre la pérdida de biodiversidad global. Esta colaboración es importante, ya que la biodiversidad es uno de los tres temas estratégicos en nuestra actual estrategia de inversión sostenible.

Trabajar con expertos académicos

Finalmente, la colaboración con académicos es clave si se desea tener una base científica sólida para un enfoque de inversión sostenible y para ampliar los conocimientos sobre sostenibilidad. Por ejemplo, recientemente hemos creado el Consejo Asesor de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con el que tres reputados expertos académicos – Prof. Kees Koedijk de la Unversidad de Utrecht; Cary Krosinsky de las Universidades de Yale y Brown; y el Prof. Rob van Tulder de la Universidad Erasmus – nos asesoran sobre nuestro Marco ODS y estrategias relacionadas.

Nuestra colaboración y contribución activa al grupo líder de inversores del Cambridge Institute for Sustainable Leadership (CISL) supone otro excelente ejemplo de los beneficios que pueden obtenerse. La investigación del CISL han profundizado nuestro conocimiento de los riesgos financieros relacionados con la naturaleza, y ayudado en áreas que antes solo habían sido investigadas de forma limitada. Por ejemplo, hemos ahondado en nuestro conocimiento sobre los registros de temperatura y sobre los enfoques clave en materia de biodiversidad. El sector de la inversión necesita la ciencia para avanzar y afinar su enfoque. Colaborar con los expertos académicos nos ayuda a lograr esa meta.

Dilemas con nuevas dimensiones

Para resumir: hay dilemas claros en la colaboración. Con la unión, se puede conseguir más y ejercer una mayor influencia. Pero no todo el mundo avanza a la misma velocidad, y puede plantearse el problema de los que quieren aprovecharse de los demás.

Aún así, colaborar con ONG y expertos académicos ha aportado nuevas dimensiones que van más allá de la colaboración tradicional con los inversores. Este tipo de cooperaciones no solo nos dan mucha fuerza, sino que también sirven para ampliar los conocimientos de sostenibilidad. A pesar de los desafíos inherentes a las colaboraciones, estoy convencido de que el futuro de la inversión sostenible será colaborativo. ¡Ven y únete al club!

Esta es la tercera entrega de la nueva serie de Dilemas de la IS, que examina algunas de las dificultades derivadas de la inversión sostenible, incluso cuando existe una clara motivación y entusiasmo por ello. Aunque la inversión sostenible no es una ciencia exacta, sigue ocupando un lugar central en los enfoques de inversión y titularidad activa de Robeco.

Los dilemas de la IS

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