Los datos recabados en la encuesta demuestran que a la biodiversidad cobra importancia entre los inversores

Sin embargo, casi cuatro quintas partes de los encuestados dijo que había una escasa concienciación sobre las consecuencias financieras de la pérdida de biodiversidad, lo que dificulta la puesta en práctica de políticas de inversión respetuosas con la naturaleza.

Además, unas tres cuartas partes señalaron que no pueden evaluar el impacto de las decisiones de inversión sobre la biodiversidad, por culpa de una falta de datos que también frustra otros intentos de seguir estrategias de inversión sostenible, como las de cero emisiones netas.

Estas fueron las principales conclusiones de la encuesta de 2022, la segunda de este tipo realizada para recabar a 300 inversores con activos conjuntos de 23,7 billones de USD sus opiniones sobre distintas cuestiones, desde el cambio climático al engagement, pasando por su actitud ante los ODS. Este año se incluyó una sección especial para sondear sus opiniones en materia de biodiversidad.

En enero, Robeco publicó un documento que expone su postura sobre biodiversidad desde todos los ángulos, además de iniciar una colaboración con el Fondo Mundial para la Naturaleza de los Países Bajos (WWF) para que le ayude a integrar la biodiversidad aún más en su proceso inversor.

Quizá el principal descubrimiento fue el número de inversores que ahora se toman la biodiversidad en serio. Aunque es crucial para mantener los ecosistemas de los que depende toda la actividad económica, en el pasado se pensaba que la biodiversidad era o bien una cuestión secundaria o bien algo que a los inversores les costaba abordar desde un punto de vista financiero.

Alrededor del 56% de los inversores manifiesta que la biodiversidad será un factor primordial o relevante de su política de inversión en los dos próximos años, mientras que para el 41% ya desempeña un papel importante en la actualidad. Desde un punto de vista de cuales son sus motivos, el 65% de los inversores institucionales y el 52% del total de encuestados manifestó que desean reducir los riesgos sistémicos a largo plazo asociados relacionados con la pérdida de biodiversidad, como la desforestación a gran escala o la sobreexplotación de la vida marina.

Por tanto, ¿en qué se puede invertir? El 63% señaló que la seguridad alimentaria y la nutrición constituían buenas opciones, mientras que el 62% se decantaba por las explotaciones agrícolas sostenibles. Además, un 40% deseaba ver más ofertas de inversión temática relacionadas con la biodiversidad; Robeco tiene previsto lanzar una estrategia de este tipo este mismo año.

Aparte de la inversión directa, el 46% de los encuestados consideró importante interactuar con las empresas, mientras que el 37% señaló que para tener impacto los inversores deberían aumentar su colaboración con organizaciones medioambientales (como WWF-NL). El 34% indicó que debe recurrirse en mayor medida a las exclusiones o la desinversión para los peores infractores en materia de biodiversidad.

Sin embargo, el interés por implicarse no equivale a capacidad de hacerlo. Alrededor del 79% dijo que hay una escasa concienciación general sobre las consecuencias financieras de la biodiversidad, en parte por las dificultades de cuantificarlas en los beneficios. Un 73% manifestó que no disponen de una forma de medir el impacto de las decisiones de inversión sobre la biodiversidad, y un 50% mencionó la carencia de datos, información y ratings de biodiversidad como obstáculos para tenerla en cuenta en sus carteras de inversión.

Además, las inversiones en biodiversidad no cuentan con tanto apoyo como las correspondientes al cambio climático. Solo el 36% señaló que sus grupos de interés habían mostrado interés al respecto, mientras que un porcentaje igual indicó que consideraban que la biodiversidad será la siguiente tendencia importante. En el caso del cambio climático, una mayoría clara manifestó que era relevante en ambos casos.

“La biodiversidad es normalmente referida como ‘el próximo asunto importante’, como reflejan las conclusiones de nuestra encuesta”, comenta Lucian Peppelenbos, estratega del clima de Robeco. “La mayoría de los inversores está dando prioridad a la biodiversidad: son conscientes de que la economía mundial y los mercados financieros están integrados en la biosfera y dependen de ella”.

“Pero les cuesta plasmarla en sus carteras y hacerla operativa. ¿Cómo se ponen en relación esos impactos con emisores concretos, y cómo se tienen globalmente en cuenta en las carteras? Esa es la pregunta del ‘millón de dólares’”.

“En Robeco nos dimos cuenta de estas dificultades e iniciamos nuestra hoja de ruta de biodiversidad hace dos años. En un primer momento nos centramos en adquirir conocimientos y en comprender los datos, colaborando con instituciones como la Universidad de Cambridge o recientemente con el Fondo Mundial para la Naturaleza de los Países Bajos. En la actualidad estamos examinando fuentes de datos, diseñando estrategias de inversión en biodiversidad y desarrollando un marco general para tener en cuenta la biodiversidad en nuestras carteras”.

“Queremos aprovechar la dinámica del sector para obtener resultados tangibles en 2022, de forma que mediante nuestras inversiones podamos marcar la diferencia en biodiversidad”.