Los inversores mantienen su lucha contra el cambio climático pese a los obstáculos

El deseo de proteger la biodiversidad se está convirtiendo en el factor dominante y el entusiasmo por invertir en renovables está aumentando. La encuesta ha revelado un claro cambio de orientación, pasando de la aspiración a la implementación. Por ejemplo, los bonos verdes se consideran ideales para integrar cuestiones relacionadas con la biodiversidad en las carteras de cara al próximo año o a dos años.

No obstante, el ánimo se ha visto afectado negativamente por una serie de obstáculos en la tercera encuesta anual a 300 inversores, especialmente por la mayor incertidumbre geopolítica que ha provocado la invasión rusa de Ucrania. A ello se suman las presiones inflacionistas y la escalada del precio de la energía, en particular en Europa, lo que ha llevado a algunos inversores a detener o revisar sus planes de alejarse de los combustibles fósiles a corto plazo.

Al mismo tiempo, los inversores se enfrentan a presiones políticas a través de un movimiento anti-ASG que se ha vuelto más ruidoso contra el uso de factores ambientales, sociales y de gobernanza en las decisiones de inversión. Ha surgido una importante divergencia entre Estados Unidos, donde los protagonistas anti-ASG argumentan que estos factores reducen la rentabilidad, y Europa y Asia-Pacífico, donde los inversores, por el contrario, temen las consecuencias de no utilizar factores de sostenibilidad.

«La encuesta de este año pone de relieve el difícil camino que están recorriendo los inversores a medida que avanzan de la aspiración a la implementación de sus compromisos de alcanzar las cero emisiones netas», explica Lucian Peppelenbos, estratega del clima y la biodiversidad en Robeco.