El desencadenante
La carta que se envió el 20 de diciembre a 60 gestoras de activos de EE.UU. fue uno de los principales detonantes de los acontecimientos de las últimas semanas. En la carta, enviada por el Comité de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos sobre el Poder Judicial, se preguntaba a los destinatarios acerca de su relación con las iniciativas NZAM y Climate Action 100+.
El Comité considera que una posible implicación en dichas iniciativas podría ser constitutiva de infracción de las leyes antimonopolio y de incumplimiento de las obligaciones fiduciarias1. En la investigación en curso del Comité, las iniciativas NZAM y Climate Action 100+ se califican como un «cártel del clima constituido por activistas medioambientales de izquierdas y grandes instituciones financieras» que «ha conspirado para obligar a las compañías estadounidenses a descarbonizar sus carteras y alcanzar las cero emisiones netas».2
Por otra parte y debido a presiones políticas similares, los seis principales bancos de Wall Street se han retirado de una iniciativa de cero emisiones netas para entidades bancarias y la Reserva Federal ha decidido recientemente abandonar la Network for Greening the Financial System (NGFS), una red mundial de bancos centrales contra el cambio climático.
Cambio de panorama
En Robeco, celebramos la revisión que ha anunciado la NZAM, puesto que permitirá al grupo pulir su estrategia de cara a 2030. Tanto en EE.UU. como en el resto del mundo, el panorama en materia de políticas es muy diferente de lo que era en 2020 y 2021, cuando los inversores, las compañías y los gobiernos adoptaron masivamente compromisos para lograr las cero emisiones netas. Dichos compromisos representan un 93% del PIB mundial y un 88% de las emisiones mundiales. 3
En general, los gobiernos no han cumplido sus compromisos. A pesar de los notables progresos realizados en países como el Reino Unido, las políticas gubernamentales están provocando que el mundo se precipite hacia un aumento de la temperatura de 2,9 grados. Las recientes Conferencias de las Partes sobre el Clima no han logrado avances significativos; las principales jurisdicciones, como la UE, están frenando sus ambiciones ecológicas; y el pronunciado incremento del proteccionismo comercial está limitando la adopción de tecnologías verdes.4
Llama la atención que, durante el mismo periodo, los inversores con un compromiso de cero emisiones netas registraron progresos positivos. La mayoría de las entidades de inversión, incluida Robeco, registran impresionantes cifras de descarbonización de las carteras, del orden del 40% o más.5 Evidentemente, esto no ha ido de la mano de una reducción de las emisiones en la economía real, ni de políticas climáticas más ambiciosas.
En este contexto, conviene detenerse un momento y reflexionar sobre el papel de los inversores en el avance de la sociedad hacia las cero emisiones netas.
Expectativas sobredimensionadas
Consideramos que las iniciativas en materia de cero emisiones netas empezaron con mal pie. La presentación de la Glasgow Finance Alliance for Net Zero (GFANZ) durante la COP26, que tuvo lugar en la ciudad escocesa en 2021, se celebró y consideró como un punto de inflexión en un momento en el que había 130 billones de USD en capital privado listo para invertirse en la transición a las cero emisiones netas. No obstante, se sobredimensionaron las expectativas de que los inversores lograrían encaminar la sociedad al objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 grados, y no se prestó mucha atención al papel fundamental de los gobiernos.
Para mitigar eficazmente el cambio climático, es necesario que los gobiernos tenga un propósito claro y estén a la altura del desafío que conlleva esta causa.6 El objetivo que fijó John F. Kennedy de llevar al primer hombre a la Luna fue el motivo por el que se crearon tecnologías que respaldaron la ventaja competitiva de las compañías estadounidenses durante décadas. Internet y la digitalización (y el éxito de Las Siete Magníficas) se basan directamente en invenciones financiadas por el Departamento de Defensa de EE.UU. Recientemente, China puso en marcha iniciativas de emprendimiento estatal para impulsar su dominio internacional en materia de vehículos eléctricos y tecnologías de generación de energía renovable.
Si los gobiernos ofrecen los incentivos adecuados, el mercado puede desplegar un ingenio prácticamente ilimitado en lo que respecta a la innovación y la creación de soluciones escalables. La transición a las cero emisiones netas depende del mercado: los inversores y la industria deben diseñar, implementar y ampliar el alcance de las soluciones. Sin embargo, son los gobiernos los que allanan el camino. Por ejemplo, el Pacto Verde Europeo, que incluye reglamentos como el SFDR y la CSRD7, es un componente fundamental sobre el que se basan los planes de compañías y entidades de inversión en materia de cero emisiones netas.
Curva de aprendizaje
De cara al futuro, creemos que las iniciativas de cero emisiones netas seguirán el mismo patrón que la mayoría de las curvas de aprendizaje: se producirá un pico de expectativas sobredimensionadas seguido de un abismo de desilusión antes de pasar a una rampa de consolidación que encamine a la productividad.8
Nuestros estudios e interacciones con los clientes demuestran que los inversores implicados en la causa de las cero emisiones netas (que representan en torno al 40% del mercado)9 adoptan una perspectiva a largo plazo y mantienen su compromiso. La ciencia no ha cambiado, así que no desvían el rumbo. Lo que cambia y evoluciona son las tácticas y las herramientas: esta es la rampa de consolidación que forma parte de la curva de aprendizaje. Por ejemplo, la estrategia inicial de descarbonizar las carteras ha demostrado limitaciones claras, y ahora se está amplificando y reforzando con modelos de financiación de la transición basados en análisis climáticos prospectivos.
Solo cabe esperar que la fase de desilusión no dure mucho. El auge de las energías renovables es la prueba de que las cero emisiones netas se pueden lograr. Cada vez más países desvinculan el crecimiento económico del aumento de las emisiones,10 con lo que la economía mundial se acerca un paso más al punto en que las emisiones totales absolutas empezarán a disminuir. Desgraciadamente, tras el superciclo electoral de 2024, el panorama geopolítico mundial ha quedado marcado por la fragmentación y el nacionalismo, lo que constituye un escenario desfavorable para las iniciativas de mitigación del cambio climático.
La acción climática es un imperativo cada vez mayor. La temperatura del planeta sigue aumentando (en 2024 se superó el umbral de 1,5 grados), y cada vez más personas sufren las consecuencias físicas del cambio climático. La integración de los riesgos climáticos permite tomar decisiones de inversión mejor fundamentadas.
En Robeco mantenemos nuestro compromiso con la transición hacia las cero emisiones netas con una mentalidad de reflexión, gestionando tanto los riesgos como las oportunidades, en beneficio de nuestros clientes y en aras de la creación de valor a largo plazo.
Notas al pie
1 https://judiciary.house.gov/media/press-releases/judiciary-committee-probes-60-companies-over-esg-ties
2 Comité Judicial, Cámara de Representantes de los Estados Unidos (2024), «Climate control: exposing the decarbonization collusion in ESG investing», página i.
3 https://zerotracker.net/
4 PNUMA, «Emissions Gap Report 2024».
5 A finales de 2023, se habían descarbonizado un 43,7% de los activos gestionados por Robeco con respecto a la base de referencia de 2020.
6 Cfr. la obra de Mariana Mazzucato sobre el Estado emprendedor.
7 Reglamento sobre Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR) y Directiva sobre Información Corporativa en materia de Sostenibilidad (CSRD).
8 Por ejemplo, https://es.wikipedia.org/wiki/Ciclo_de_sobreexpectaci%C3%B3n
9 Encuesta anual global sobre el clima de 2024 de Robeco. Dentro de unos meses publicaremos la edición de 2025.
10 Véase: https://ourworldindata.org/co2-gdp-decoupling