El crecimiento demográfico, la industrialización, la urbanización y los cambios en la dieta son tendencias globales que contribuyen a la escasez de agua en todo el mundo. La agricultura ya es la actividad que más agua consume del planeta, y está previsto que dicho consumo aumente aún más a medida que los ingresos de los mercados emergentes aumenten y la dieta de sus poblaciones pasen del consumo de vegetales y cereales al de carne y productos lácteos, cuya producción requiere mucha agua.

En los mercados desarrollados, la digitalización de la industria está incrementando el consumo de agua, una tendencia que continuará con el crecimiento de los sectores de alta tecnología, como el de semiconductores. En este sector, se usa agua purificada para producir chips y refrigerar los centros de datos. Además, los Gobiernos locales de los mercados desarrollados y emergentes necesitan inversiones ingentes para modernizar las obsoletas infraestructuras públicas de agua y ampliar las instalaciones de tratamiento de aguas residuales.