Y ello a pesar de una catarata de obstáculos, desde la guerra entre Rusia y Ucrania, que provocó una crisis energética y una inflación galopante, hasta las distintas sensibilidades políticas sobre sostenibilidad de cada región. Las posturas contrarias a los factores ESG van a más en EE.UU., mientras que los inversores de Europa y Asia-Pacífico se encuentran en la situación inversa y temen ser penalizados por la falta de integración ESG.
En resumen, ahora la clave está en pasar de las aspiraciones a los hechos. Los inversores están trasladando su interés hacia políticas más sostenibles con una integración real del “Net-Zero” en sus carteras.
What the 2023 Global Climate Survey means for investors
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