La pandemia de COVID, la intensificación de los conflictos y el aumento de las tensiones comerciales han puesto de manifiesto las vulnerabilidades de las cadenas de suministro y la producción localizadas en el extranjero. Ya en 2021, los directivos de empresas citaban los ciberataques, las fluctuaciones en los precios de las materias primas, las divergencias entre regulaciones y la desaceleración de China tras la pandemia de COVID como cuestiones que desestabilizaban significativamente las cadenas de suministro. Las amenazas que antes se creían temporales se han convertido en consecuencias estructurales y permanentes de la globalización. Si avanzamos hasta 2023, las referencias al reshoring que se hacían en las presentaciones de beneficios de las compañías del S&P 500 aumentaron un 128% con respecto al año anterior. Y, lo que es más impresionante, la construcción de fábricas en EE.UU. empezó a aumentar (véase el gráfico 1). Asimismo, según una encuesta de UBS, el 78% de los directivos de empresas de la UE de diversos sectores planeaban trasladar parte de sus cadenas de suministro de vuelta a territorio nacional. ¹

El reshoring reduce la longitud y la complejidad de la cadena de suministro. Esto no solo mejora su resiliencia y fiabilidad, sino que también reduce las emisiones y los residuos asociados al transporte de larga distancia. Además, el reshoring incrementa la visibilidad y el control, lo cual permite a las compañías invertir en soluciones circulares, especialmente las mejoradas con tecnologías de IA.

Los ingenieros industriales y los desarrolladores de proyectos están adoptando soluciones circulares basadas en IA para evitar cuellos de botella, minimizar el uso de materiales y reducir los residuos. Esto reduce los costes y acelera las iniciativas de reshoring del sector de la construcción. Una vez que las soluciones están operativas, las compañías pueden implementar más soluciones mejoradas por IA para conservar los recursos y mejorar los márgenes, al tiempo que reducen los residuos y la contaminación. Las compañías pueden usar la IA para predecir mejor la demanda nacional, ajustar los inventarios y acelerar el aprovisionamiento de materiales, además de reducir la ineficiencia operativa, los residuos de productos y las emisiones derivadas del transporte a corta distancia.

El reshoring también presenta inconvenientes, especialmente para los mercados de la UE y EE.UU. Las exigentes regulaciones, la escasez de mano de obra cualificada y el acceso limitado a materias primas esenciales provocan que el reshoring resulte más caro para las compañías de la UE y EE.UU. Lo bueno de estos retos es que también obligan a las compañías a adoptar principios de economía circular que reducen las ineficiencias (las cuales provocan el desperdicio de recursos), mejoran la recuperación de materiales e incrementan la productividad de la mano de obra.

Las redes de organizaciones de mantenimiento y reparación (MRO) predictivos también reducen los costes inflacionarios. Las MRO no solo reducen las costosas averías de los equipos y los gastos operativos a corto plazo, sino que posibilitan que la maquinaria funcione de forma óptima durante más tiempo, lo cual reduce la inversión de capital a largo plazo de las compañías. Además, la IA está mitigando de forma considerable la inflación salarial y la escasez de mano de obra. Las compañías que sacan partido de la automatización y la robótica pueden agilizar procesos y depender menos del trabajo manual.

Una mayor proximidad a los mercados locales permite a las compañías adaptarse con mayor rapidez y eficiencia a las regulaciones locales, como los requisitos de abastecimiento nacional de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) de EE.UU. o los mandatos de contenido reciclado de la UE. La robótica asistida por IA también promueve e incentiva estas iniciativas. La visión artificial y el machine learning permiten recuperar y reciclar eficazmente materiales valiosos de los flujos de residuos de productos. El análisis predictivo también se usa para evaluar a los proveedores según factores importantes como los costes, la ubicación, la calidad, la personalización, las emisiones y otros aspectos de sostenibilidad.

El reshoring motiva a los fabricantes a adquirir materiales nacionales en lugar de importarlos. Además, el reshoring favorece el aumento de la inversión en infraestructuras. La construcción de fábricas nuevas y la ampliación de las existentes por parte de las compañías se corresponde con un efecto multiplicador en una amplia gama de sectores, desde el del acero y el cemento hasta el de la logística y el transporte.² Bank of America calcula que por cada 10.000 millones de USD de ingresos de fabricación que se trasladan de vuelta a EE.UU. se gastan 3.800 millones de USD en inversiones en bienes de capital.³ Además, según un estudio, por cada puesto de trabajo de larga duración que se genera en el sector de la fabricación gracias a un proyecto de reshoring se crean 7,4 nuevos empleos en otros sectores.⁴

Las soluciones circulares se encuentran en una buena posición para beneficiarse del renacimiento del reshoring. La estrategia se orienta a las compañías de mediana capitalización, las cuales se benefician desproporcionadamente de la demanda local y el crecimiento nacional sólidos en comparación con los conglomerados internacionales.

Las compañías del sector industrial y tecnológico que suministran soluciones robóticas y de automatización serán las que más se beneficien de las iniciativas gubernamentales para fomentar el reshoring de la fabricación de tecnologías estratégicas, como los chips, los vehículos eléctricos y la infraestructura de la red eléctrica.⁵ No obstante, el crecimiento también se está extendiendo más allá del ámbito de lo artificial y las redes neuronales y alcanza productos de mayor valor que requieren una fabricación más sofisticada, como los electrodomésticos de alta gama, los productos químicos y los suministros médicos, así como la logística y el transporte.⁶ La estrategia no solo abarca áreas muy diversas, sino que también está diversificada por tamaño, dado que incluye muchas participaciones en compañías de gran capitalización más pequeñas, así como de mediana y pequeña capitalización.

Independientemente del tamaño de la compañía, unos tipos de interés más bajos permitirán a los fabricantes financiar grandes inversiones en tecnología y automatización para seguir impulsando la productividad, el crecimiento y la expansión.

Todo apunta a que el reshoring prosperará debido a las interrupciones en las cadenas de suministro, la imposición de aranceles más exigentes y los abundantes incentivos establecidos en regulaciones industriales. Sin embargo, las limitaciones en materia de mano de obra, regulaciones y recursos elevan el coste de las operaciones comerciales en la UE y EE.UU. Por ello, las soluciones circulares se están convirtiendo en una propuesta comercial cada vez más atractiva para las compañías locales e internacionales que practican el reshoring o invierten en dichos mercados.

La estrategia Circular Economy se encuentra en una buena posición para aprovechar el crecimiento a corto y largo plazo de estas importantes tendencias estructurales. La intensa exposición a la IA, la automatización y la fabricación inteligente implica que la estrategia se beneficiará del impacto positivo de estos factores en el uso eficiente de los recursos, la productividad y la rentabilidad. Además, la exposición se reparte de forma equilibrada entre acciones de pequeña, mediana y gran capitalización. Estas compañías pueden invertir más en innovación circular, así como beneficiarse de manera desproporcionada de los incentivos nacionales en comparación con las empresas internacionales.

A largo plazo, al obligar a las compañías a abordar la eficiencia en el uso de los recursos junto con la productividad y la rentabilidad, las tendencias de reshoring contribuyen a definir modelos de producción sostenibles y acelerar la revolución circular.