El inicio de "Historia de dos ciudades" de Charles Dickens, llena de paradojas, describe bien mi estado de ánimo últimamente. El debate sobre la sostenibilidad parece polarizarse cada día más. Lo vemos claramente en dos litigios recientes contra empresas del sector financiero. Se podría decir que se ha convertido en la "Historia de dos juicios" en lo que respecta a cómo navegar esta situación.
El sector financiero se ve presionado para ser más sostenible
En los últimos años, hemos visto cómo se demandaba a empresas por ser poco sostenibles. Sus efectos directos, como la adicción a medicamentos, el fraude y los vertidos contaminantes al medio ambiente, son temas que están a la orden del día. El caso de Amigos de la Tierra de Países Bajos1 contra Shell alcanzó una nuevo nivel: responsabilizaron a la empresa del cambio climático.
El grupo exigía que Shell se fijara objetivos en sus emisiones de CO2 que, además de contemplar las de alcance 1 y 2 (procedentes de las operaciones), también abarcaran las de alcance 3, derivadas del uso de sus productos, como el consumo de petróleo y gas por parte de los automóviles. En virtud del "deber de diligencia" estipulado en la legislación neerlandesa, los tribunales fallaron a favor de Amigos de la Tierra.
Ahora, es el sector financiero el que está en el punto de mira. La ONG ha demandado al banco ING en los Países Bajos por financiar a empresas con planes insuficientes en materia climática. Según Amigos de la Tierra, en virtud del mismo deber de diligencia, ING debe garantizar que su política climática se ajusta al objetivo del Acuerdo de París de limitar a 1,5 °C el aumento de la temperatura del planeta y reducir, para 2030, sus emisiones absolutas de CO2 en al menos un 43% en comparación con los niveles de 2019.
Además, ING debe asegurarse de que todos los grandes clientes corporativos presenten un buen plan climático y dejar de apoyar financieramente a los que carezcan de un plan de este tipo en el plazo de un año. Esto incluye específicamente a los clientes que incrementen su uso de combustibles fósiles o que no tengan un plan sólido de eliminación gradual de estas fuentes de energía.
Manténgase al día de las novedades en inversión sostenible
Suscríbase a nuestro newsletter para descubrir las tendencias de IS.
El sector financiero se ve presionado para ser menos sostenible
En otro caso, las tornas cambian y ExxonMobil lleva a los tribunales a un inversor y a una ONG. El gigante petrolero interpuso una demanda en Texas contra Follow This, una iniciativa de accionistas activistas, y Arjuna Capital, una gestora de inversiones de Massachusetts. El motivo fue que los accionistas propusieron a Exxon que fijara el mismo tipo de objetivos de reducción de emisiones de alcance 3 que los tribunales neerlandeses habían ordenado adoptar a Shell.
Exxon pretendía dejar fuera la propuesta de los accionistas en su declaración de representación, con el pretexto de que "trata un asunto relacionado con las operaciones comerciales ordinarias de la empresa" y que abordaba la misma cuestión que se había presentado anteriormente en 2022 y 2023. La empresa alegó que la propuesta no se ajustaba a los criterios de la SEC (Comisión del Mercado de Valores estadounidense) para presentarla de nuevo y que "no pretende mejorar los resultados económicos de ExxonMobil ni generar valor para los accionistas". Su objeción prosperó, ya que se retiró la resolución, pero Exxon sigue adelante con la demanda.
Ya no es solo un simple complemento interesante
Independientemente del resultado de la causa judicial contra ING Bank, queda claro que, al menos en los Países Bajos, disponer de una política climática adecuada que incluya las emisiones de alcance 3 ya no es solo un complemento interesante.
Sea cual sea el resultado de la demanda contra Follow This y Arjuna, eludir a la SEC y emprender acciones legales directas en los tribunales podría provocar que los accionistas se lo pensaran dos veces a la hora de ejercer sus derechos.
Los temas sobre cuestiones ASG se han ido politizando cada vez más en los últimos dos años. Llevar los casos de los accionistas a los tribunales podría empeorar aún más el debate sobre temas ya de por sí delicados. Aunque esto ya ha ocurrido antes, es una muestra de malas prácticas de gobernanza.
Más allá de los tribunales
A primera vista, parece que las expectativas en materia de cuestiones ASG con respecto a las empresas en cartera de Europa y EE.UU. podrían divergir aún más en lugar de converger. De hecho, una encuesta reciente sobre aspectos ASG realizada por Cerulli2 a inversores institucionales estadounidenses revela un panorama diferente. Según esta encuesta, el 68% de los inversores integran cuestiones ASG relevantes en su proceso de toma de decisiones de inversión. Cabe mencionar que la integración ASG se hace por razones puramente financieras (el "factor efectivo"), por lo que no significa que las carteras pasen a ser más sostenibles. Se trata de mejorar la valoración de los factores externos.
Al preguntarles acerca de la repercusión del movimiento anti-ASG, el 40% de los encuestados afirmó que seguiría integrando las cuestiones ASG e invirtiendo en estrategias sostenibles y de impacto, y el 30% indicó que no tendría ninguna repercusión en su empresa. Ningún participante respondió que su empresa dejaría de incorporar cuestiones ASG en las decisiones de inversión ni de ofrecer productos de inversión sostenible o ASG.
En cuanto a la titularidad activa, casi la mitad de las instituciones que respondieron (46%) ejercen una titularidad activa, y el 33% tiene previsto hacerlo en los próximos 24 meses. De ellos, el 69% interactúa con los equipos directivos de las empresas en cartera en cuestiones ASG, y otro 20% planea incrementar sus esfuerzos a través de una serie de métodos: resoluciones de los accionistas (31%), engagement colaborativo (30%) y proxy voting (25%). Esperemos que los inversores se tomen esta cuestión en serio, porque los inversores institucionales que intenten hacer uso de los derechos de los accionistas deben ser conscientes de las posibles acciones legales.
Lo que sí ha supuesto un cambio es que los inversores institucionales serán más cautos en sus comunicaciones en torno a la inversión sostenible. Después del "greenwashing", el "greenhushing" empieza a emerger como problema. Por lo tanto, creemos que no hay que subestimar el movimiento anti-ASG en EE.UU., ya que aún no hemos visto lo lejos que puede llegar.
En Robeco, la inversión sostenible seguirá siendo un pilar clave de nuestra estrategia. Hacemos nuestras las elegantes palabras de Charles Dickens y concluimos que la sostenibilidad es compleja y, a veces, puede resultar paradójica. Por eso, seguiremos aplicando nuestro enfoque basado en el análisis e integración de las cuestiones ASG y la inversión sostenible, con el fin de ayudar a nuestros clientes a alcanzar sus objetivos financieros y de sostenibilidad.
Notas al pie
1 Organización ecologista neerlandesa también conocida como "Milieudefensie".
2 The Cerruli Edge: U.S. Institutional, The ESG Issue: Q1 2024.